Un dirigente campesino y su pareja fueron localizados muertos en un municipio rural del estado mexicano de Guerrero (sur), en cuyo principal balneario, Acapulco, fueron asesinadas este domingo otras cuatro personas, dijeron a la AFP autoridades estatales.
"El cuerpo del dirigente fue encontrado al lado del de su cónyuge, al interior de su vivienda. Los dos tenían impactos de bala pero se desconoce cuántas personas perpetraron el homicidio", dijo un agente del ministerio público de la fiscalía de Guerrero.
Según testimonios de vecinos, la mañana del domingo hombres armados irrumpieron en la vivienda y se escucharon detonaciones, añadió el agente.
El dirigente de la Organización Popular de Productores de Costa Grande, Luis Olivares Enríquez, que fue asesinado junto a su novia Ana Lilia Gatica, había denunciado el secuestro de cuatro jóvenes de la colonia Fuerza Emiliano Zapata del municipio de Coyuca de Benítez.
Olivares Enríquez también era un líder vecinal de esta misma colonia, un barrio en el que viven familiares y sobrevivientes de la llamada Guerra Sucia desplegada en la década de 1970 por el ejército mexicano contra integrantes de la guerrilla campesina.
El dirigente fallecido había denunciado que hace 10 días unas 30 personas armadas vestidas de negro entraron a Fuerza Emiliano Zapata, agrediendo a mujeres y a niños, de donde se llevaron a cuatro jóvenes que fueron torturados para que se declararan culpables del asesinato de otro líder campesino ultimado en agosto pasado.
Tres activistas más de la Unión Campesina Emiliano Zapata fueron asesinados en Guerrero en junio pasado, tras haber sido secuestrados, mientras que hace 20 días se registró en la misma región el homicidio de Rocío Mesino, dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur.
Por otra parte, cuatro hombres fueron asesinados a balazos el domingo en la mañana en una colonia popular del turístico puerto de Acapulco, dijo de su lado en un reporte la secretaría de Seguridad municipal.
Los cuatro hombres, de entre 20 y 30 años, tenían impactos de bala en varias partes del cuerpo y sus cadáveres fueron arrojados en una calle de Acapulco, donde desde hace una semana la policía federal tomó el mando de la seguridad ante la incapacidad de la policía municipal de brindar seguridad al puerto, que cuenta con 850.000 habitantes.
En Guerrero empezaron a surgir desde enero pasado las llamadas autodefensas, integradas por ciudadanos armados que dicen estar hartos del acoso de los integrantes del crimen organizado que secuestran, extorsionan y matan.
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